sábado, 27 de noviembre de 2010

Plazos a la vida

Foto: Sevilla, 1997. Feria de Abril

Los naturalistas, que hemos hecho del estudio de la naturaleza nuestro horizonte vital, y del método científico nuestra bandera, sabemos que no es posible ponerle plazos a la vida. Que la vida se ensayó en repetidas ocasiones, en un planeta Tierra inhóspito, hasta que con éxito dos moléculas se convirtieron en moneda de vida, el ácido nucleico y las proteínas. Que la semilla espera meses, años, incluso cientos de años, hasta que las condiciones ambientales son idóneas en nutrientes, agua y temperatura para germinar. Que la vida se manifiesta ya desde el preciso instante en que el espermatozoide fecunda al óvulo, pues para preservar su propia individualidad, única e irrepetible, lo primero que hace el nuevo ser es modificar sus estructuras externas para hacerse inviolable, y después implantarse en la matriz, e iniciar ese maravilloso milagro de la gestación, en el que, si fuese preciso, la propia madre dona su salud y su vida para preservar la vida del ser que lleva en su seno. No, no es posible poner plazos a la vida, y menos a una vida humana, por más que quieran imponernos una nueva ley de plazos para el aborto.

Los hombres de ciencia, cuando se desnudan de ideología y dejan atrás su servilismo al poder político, saben que las leyes naturales existen, y de necios es negarlas. Los demás, las experimentamos diariamente; no podemos sustraernos a ellas, por mucho que queramos: aunque ciertamente quedaríamos maravillados si la manzana que se desprende del árbol subiera al cielo, sabemos que caerá al suelo siguiendo la inexorable ley de la gravitación universal. Así también, los progenitores dan su propia vida si fuese necesario por su prole, pues es ley natural la preponderancia de la especie sobre el individuo; los genes deben perpetuarse, la vida no pertenece al individuo. Lo haríamos nosotros por nuestros hijos, pero también lo hace la cierva por su cervatillo cuando es acosada, y hasta lo vemos en la loba, cuando es perseguida por el hombre para darle caza ¿Recuerdan aquellos memorables episodios de El Hombre y la Tierra, de nuestro Félix Rodríguez de la Fuente? Preservar la salud síquica de la madre no es razón para  el aborto; la muerte nunca es camino, sino fin.

Valentía  y compromiso, es lo que la sociedad espera de nosotros. Valentía para decir a voz en grito, sin ambages, que no cuenten con nosotros para ese disparate: todo tiene un límite. Rebelión cívica que no podemos dejar en manos de otros; todos somos responsables. Y compromiso con todas las madres y sus hijos que van a nacer, para que nunca se sientan solas, para acogerlas y reconfortarlas cuando lo necesiten, para tenderles la mano, para demostrar que otra manera es posible, lejos del individualismo que a todos nos atenaza y nos hace mirar siempre para otro lado cuando justo se nos necesita para arrimar el hombro ¡Manos a la obra!

Por Manuel Durán

1 comentario:

  1. Interesante coincidencia temporal al publicar dos posts casi simultáneamente sobre este asunto del aborto http://eltrasterodetuerasmuypop.blogspot.com/2010/11/aborto-tema-recurrente-e-interesante.html
    Y es aún más interesante que compartiendo posiblemente muchos de los elementos pertinentes en esta reflexión, los enfoques sean diferentes.
    El argumento de la Ciencia es posiblemente uno de los menos adecuados para una discusión sobre el aborto, que debe tener lugar en el terreno de la Ética y la Moral para confluir en el ámbito de la decisión Política que se plasma en el Derecho.
    La Ciencia, y en especial la embriología nos dice que no hay ningún salto en la gestación del ser humano tras la concepción que nos induzca a poder diferenciar lo que es vida humana de lo que no era vida humana aún. Se trata de un continuo. Pero la ciencia ha desarrollado herramientas estadísticas para tratar las variables continuas y establecer distribuciones estadísticas que pueden llevar a fijar puntos de corte si se atiende a una distribución particular. Creo que este camino no es el correcto a la hora de discutir valientemente el aborto. Además es peligroso ya que en Derecho y en Política es muy frecuente fijar de forma más o menos arbitraria relacionados con el tiempo como por ejemplo la mayoría de edad…
    Los plazos se introducen en la norma por cobardía e incapacidad intelectual ya que por su naturaleza de variable continua son susceptibles de negociación política. Pero los plazos están completamente fuera de la discusión ética y moral y por lo tanto se trata de una solución poco legítima y robusta.
    La discusión dentro de parámetros éticos y morales cristaliza en criterios del tipo el aborto es admisible/deseable/obligatorio en el caso de a), pero no de b). Algo parecido con lo que ocurre con el homicidio… Un acuchillamiento a un ser humano puede ser un asesinato, un homicidio en defensa propia o un acto heroico de guerra dependiendo de si se cumplen ciertos criterios, alguno de ellos discutible. Lo mismo podría ser aplicable al aborto desde el punto de vista ético y moral.
    El ejemplo de este post " Preservar la salud síquica de la madre no es razón para el aborto; la muerte nunca es camino, sino fin" es por otra parte, un ejemplo de planteamiento fuera de la ética y la moral. La salud de la madre es uno de los criterios que pueden hacer del aborto un hecho aceptable e incluso noble. Acabar con una vida para salvar otra es lo que hace la policía a veces. Y el matiz salud psíquica no es procedente en absoluto desde un concepto mínimamente moderno de la medicina y la salud.
    Happy to further discuss.

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